Plantas y pisos bajos, sótanos y garajes son más propensos a la aparición de humedades y malos olores: al ser espacios cerrados y mal ventilados, la humedad se condensa y genera moho. En estas zonas también es más habitual la impermeabilización deficiente y la aparición de filtraciones y humedades por capilaridad.
La buena conservación de estos espacios es muy importante, pues en ellos guardamos y almacenamos tanto pertenencias como alimentos, vehículos, etc.
Además, si los problemas de humedad se prolongan durante mucho tiempo, los muros, paredes e instalaciones pueden sufrir daños graves.
¿Por qué son habituales las humedades en pisos bajos?
Al igual que ocurre con los garajes, los pisos bajos suelen estar en contacto con el terreno, lo que aumenta el riesgo de:
- Condensaciones por cambios de temperatura interior/exterior.
- Ascensos de agua por capilaridad.
- Filtraciones desde el exterior.
Asimismo, la mayoría de instalaciones de agua, saneamiento, arquetas o pozos también están situados en las plantas bajas de los edificios, y son factores de riesgo ante posibles filtraciones por averías, roturas, etc.
Normalmente, las humedades en los suelos de planta baja tienen dos causas:
- Filtraciones en puntos concretos por fugas esporádicas.
- Capilaridad por muros en contacto con terrenos húmedos.
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Humedades en bajos por filtración
Las humedades por filtración en plantas y pisos bajos se producen porque hay zonas sin impermeabilizar o con impermeabilización defectuosa que permiten el paso de agua a través de muros, solera o juntas constructivas mal resueltas.
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La aparición de este tipo de humedades es más común en: el encuentro de los muros con la solera y con el forjado superior, en las juntas constructivas entre distintos elementos, y en las zonas de paso de las instalaciones, generalmente, tuberías.
Localizar las humedades por filtración suele ser bastante sencillo, ya que se extienden por el muro de forma radial (del centro de la humedad, hacia afuera). En algunos casos, se produce un goteo del agua filtrada que deposita sales y hace que la zona aparezca moho.
Humedades en bajos por capilaridad
Estas humedades aparecen en las partes bajas de muros y tabiques, cerca del terreno o de zonas con presencia de agua, debido a un fenómeno físico conocido como capilaridad.
La capilaridad es un problema bastante complejo que puede crear problemas graves de salubridad y durabilidad y afectar a los elementos constructivos.
La altura y severidad de las humedades dependerá de si el muro está en contacto con un terreno encharcado o inundado, de la humedad ambiental o de la porosidad y capacidad de evaporación de los materiales, siendo más grave en época de lluvias.
Respecto a cómo detectar este tipo de humedades, los muros suelen estar completamente mojados, del interior al exterior, al igual que el resto de elementos de la zona (cables, pilares, conducciones, etc.), y aparecen manchas oscuras y cercos perimetrales con salitre.
Consejos para prevenir las humedades en bajos y garajes
Las humedades excesivas en plantas y garajes se deben, muchas veces, a fallos en la construcción, pero también a un mantenimiento deficiente de suelos, fachadas o muros.
Puesto que se trata de problemas graves que pueden afectar a elementos estructurales (el desprendimiento de rebozados y la corrosión de las armaduras de la solera y los pilares es habitual), ante la detección de humedades en bajos conviene actuar pronto para atajar el problema de raíz.
Evidentemente, hay acciones básicas que pueden ayudarnos a frenar la aparición de humedades en bajos.
Por ejemplo, es muy importante controlar el nivel de humedad y mantenerlo entre el 40 y el 50% para evitar que se produzcan condensaciones. También es importante ventilar para sacar el aire cargado de humedad del interior y renovarlo con aire en mejores condiciones.
Por supuesto, se deben evitar encharcamientos y acumulaciones de agua. Esto incluye el mantenimiento preventivo y limpieza de tuberías, desagües y canalones para evitar atascos de agua que den lugar a derrames.
En última instancia, si tienes un piso bajo, es recomendable hacer una revisión anual de las grietas y fisuras de la fachada, haciendo las reparaciones oportunas para evitar filtraciones del agua de lluvia o revistiendo con materiales aislantes los muros en contacto con el exterior.
Cómo eliminar las humedades en bajos
Pero, ¿qué pasa cuando las humedades ya han aparecido?
En estos casos, nuestro consejo es no limitarse a limpiar, sellar grietas o pintar, sino encontrar el origen del problema.
En las filtraciones, la humedad no tiene por qué coincidir con el punto en el que se produce la fuga, pues existen otros problemas de impermeabilización en muros, forjados o juntas que pueden dificultar la localización de la rotura o avería.
Una vez encontrado, debe repararse para valorar los daños y restituir o cambiar materiales estropeados.
Por otra parte, tratar las humedades por capilaridad suele ser más complicado. Lo ideal es que estas se hayan previsto antes de la construcción para que no lleguen a aparecer. Sin embargo, en muchos edificios y casas antiguas son un problema prácticamente inevitable.
Una vez aparecen, las técnicas para eliminar las humedades por capilaridad en bajos son:
- Utilizar barreras físicas. Consiste en insertar una lámina impermeable entre los muros para que el agua no pase. Esta solución es válida para edificios de nueva construcción y en caso de rehabilitaciones.
- Utilizar barreras químicas. Consiste en impregnar el interior del muro con productos repelentes (generalmente compuestos siliconados) que impidan la ascensión del agua y que permeables al vapor para eliminar el riesgo de condensaciones.
- Utilizar barreras eléctricas. Consiste en instalar dispositivos eléctricos para anular el campo electroestático del muro, invertir la polaridad y hacer que el agua no pueda ascender por los capilares. Una vez eliminada la humedad, los materiales o acabados afectados deben sanearse usando morteros y pinturas transpirables.
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